Estar viviendo y creando en la Reserva, en estado de Residencia, hace que uno se sensibilice con el lugar, comenzar a habitarlo de una menara distinta. Más profunda. Y al cabo de un par de días el territorio se hace parte de uno.
Las distintas formas de exploración del lugar, como así también las formaciones que tuvimos fueron fundamentales a la hora de abordar mi trabajo, que fue mutando con el correr de los días. Si bien llegue a la reserva con una idea de obra, las distintas experiencias vividas fueron influyendo en el resultado final.
Durante la estadía en la “Residencia Pastizal” trabaje en estas dos obras sonoras que tienen como punto de encuentro la biosonificación (asignar un sonido a un organismo vivo para así poder escuchar su comportamiento).
“Música Vegetal” es una instalación sonora donde realice biosonificación de una planta nativa, la “Pasiflora Mustia”.
La instalación funciona como un dispositivo de comunicación interespecie, donde aquellos que se acercaran pudieran experimentar en vivo los cambios sonoros de la planta a los distintos estímulos. De esta manera pudimos experimentar como la planta reaccionaba distinto según la persona que interactuaba o según el momento del día.
Elegir la especie con la que voy a colaborar en general es una decisión importante. En este caso, en primer lugar era fundamental que sea una especie nativa. La intención era que las personan la conozcan, para que la experiencia de escucharla sea más cercana, que tengan una relación directa con la planta y en ese momento puedan escucharla también. Durante la muestra final de la residencia, muchas personas me contaron historias hermosas personales con esa planta.
Otro factor importante, fue que esta planta estuvo viviendo con nosotros en la Reserva. Era de mi compañera Marina Stimolo y estuvo compartiendo momentos con nosotros en la casa. De alguna manera siento que llevamos también esa buena energía a la muestra y la compartimos también con las personas.
“Experiencia sonoras” Distintas maneras de experimentar sónicamente la Reserva, también podría haber sido el título de esta obra que está compuesta por una serie de trabajos audiovisuales, y propone acercarnos al sonido de este mágico lugar desde varias perspectivas.
Un paisaje sonoro, puede ser la forma más clara y de fácil acceso de una primera escucha, no por eso menos profunda. Pero también, utilizando la biosonificacion y partituras visuales, podemos ver y escuchar el comportamiento de la especie nativa Grindelia Buphtalmoides (en distintos momentos del día, de día y noche), de un Senecio y de un Pino.
Completa esta serie el sonido de un cuarzo blanco de la reserva que tiene la particularidad de que comenzó a registrar actividad luego de estar expuesto a la luna llena, hasta ese momento no había registrando ningún tipo de actividad, estaba “dormido”